A los fotógrafos de naturaleza nos gusta fotografiar el otoño, ese cambio de color que se produce en los bosques como antesala de la caída de las hojas, un mecanismo radical pero eficaz que tienen las plantas o arbustos caducifolios para optimizar la energía.
A través del follaje estas plantas realizan la fotosíntesis, pero con la llegada del invierno, que traerá frío y menos horas de luz, mantener las hojas en el árbol sale caro en términos energéticos, por lo que prefieren dejarlas caer y almacenar los recursos esperando momentos mejores; la próxima primavera.
Durante este proceso las hojas de cada especie van tornado desde el color verde que se manifestaba por la clorofila hacia rojos, naranjas, amarillos, morados y finalmente marrones o pardos.
En algunos árboles, como por ejemplo ciertas especies de robles, las hojas no caen al suelo al finalizar este ciclo, sino que se quedan de color apagado en las ramas hasta que brote una nueva hoja en primavera. A estos se les llama marcescentes.
¿Por qué hay otoños más bonitos que otros?
Durante el proceso de la otoñada hay muchos factores externos que intervienen en este proceso.
Dependerá de las temperaturas diurnas y nocturnas, de que llueva o no, de si hay nieve o heladas o de si sopla el viento y con que fuerza durante esas semanas o de como lo hayan hecho en los meses anteriores.
Estos factores también propiciarán que el cambio de color se aprecie en fechas adelantadas o posteriores a las fechas normales de años anteriores.
Como curiosidad os cuento también, que hace años hubo unas heladas tardías en primavera en zonas altas de la Selva de Irati y las hojas de esas hayas estuvieron bastante mal todo el año, así que en otoño tampoco hubo color a esa altitud.
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¿Cómo debería ser el otoño perfecto?
Aquí voy a hablar según mi experiencia fotografiando intensamente el otoño desde hace 15 años en distintas zonas.
Si hay heladas durante la otoñada se suele activar el cambio de color.
Si hay temperaturas altas la hoja que progresivamente estaba siendo desenchufa del árbol, se deshidrata más rápidamente.
Y si llueve fuerte o hace viento fuerte durante el otoño, las hojas serán arrancadas de las ramas.
Las lluvias del verano
Veníamos de 3 años hidrológicos anteriores más secos que la media, pero este ha sido el cuarto consecutivo y además los meses de verano en varias zonas han sido de récord en temperaturas máximas.
Podemos ver estos gráficos de junio, julio y agosto en donde algunas zonas han tenido muchas menos precipitaciones de la media. Hay algunas cuencas hidrográficas sin datos. Fuente: Mapama
¿Cómo será el otoño fotográfico de 2017 en la Península Ibérica?
Se ven movimientos tempraneros casi un mes antes de lo que podríamos denominar “normal”, y se aprecian cambios de color en algunas masas forestales. Yo entiendo que no es por un cambio de color paulatino de las hojas únicamente, sino como síntoma del estrés hídrico que han soportado durante un verano mucho más seco de lo habitual. Si el árbol no tiene recursos para seguir con el crecimiento vegetativo, cierra la persiana del negocio antes y espera a tiempos mejores, de nuevo la próxima primavera.
Yo entiendo que en ciertas zonas va a ser un otoño anormal y que habrá que ser muy creativo para fotografiarlo, pero hay que ver todavía como serán las condiciones climáticas de los días que faltan por llegar.
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Muy interesante y te lo has currado bastante. Muy bien por el artículo y gracias por la información.
Muy interesante, de veras.
Una lectura que aclara algunas cosas respecto al otoño en nuestros bosques.
Gracias!
David Frutos Egea
Gran trabajo Eduardo, muy instructivo.
Buena recopilación de información y muy bien explicada toda ella. Ahora a ver qué depara esta bonita pero corta temporada. Habrá que estar al loro…
Un abrazo!
Hola, el ciclo de crecimiento de las plantas se dicta por las horas de sol que recibe, cantidad, calidad y duración, con estos los picos de fotosíntesis y de clorofila, que son los responsables del color en las plantas, cuando cambian las condiciones de luz recibida, cambian los pigmentos contenidos en las hojas y con ellos la expresión del color.
Cuando nos fijamos en si las plantas han recibido precipitaciones o cambios de temperatura, pasamos por alto, que para que se produzcan estos, antes ha sucedido un cambio en la luz recibida mediante aporte o ausencia de nubosidad, que es la que afecta a la planta y a su proceso del color.
¡Saludos!