Al observar una fotografía de un paisaje envuelto en la niebla a nuestro cerebro llegan recuerdos de experiencias vividas anterioriormente y nos trasladan entonces la sensación de humedad, frío e incluso el misterio o la incertidumbre que tuvimos en su momento. En estas dos imagenes que se tomaron con apenas 5 minutos de diferencia, podemos apreciar el cambio significativo del mismo entorno sin niebla y con niebla.
Preciosas las imágenes que veo en este blog,me hago seguidora tuya Eduardo,pues tienes un blog, fantástico!!! felicidades.
Encantado Manuela, pasa y ponte cómoda. Un saludo