La Estanca o también llamada Hoya de Mostaz, es la balsa de mayor tamaño de la localidad y al encontrarse cerca de mi domicilio es uno de esos lugares a los que voy cuando preveo que va a ver un gran amanecer.
En sus aguas habitan varias especies de peces y anfibios, pero quizás el grupo más atractivo sean las aves. Estos días es fácil sorprender a somormujos, ánades reales y fochas en sus labores de nidificación. Además en primavera es común escuchar los reclamos de torcecuellos, abubilla, ruiseñor común, los simpáticos pájaros moscones que aquí llevan el nombre de «pindulillas» y las ruidosas oropéndolas o «confiturdeos».
Menos común es encontrarse con mamíferos. Últimamente se dejan ver algunas ardillas pero también podemos sorprendernos con la presencia de zorro, garduña, gineta, visón europeo e incluso con la nutria.
En algunas parcelas cercanas hay viajas repoblaciones de pino carrasco. Algunos ejemplares apenas han sobrevivido en sus 40 años de vida, mientras que otros han medrado dando protección a los nidos de algunas rapaces diurnas y nocturnas.
Definitivamente va a ser verdad la frase «ya no hay inviernos como los de antes» o por lo menos los últimos han sido bastante templados. Recuerdo inviernos donde una capa de hielo cubría gran parte de la masa de agua, cubiertos de nieve o adornados por una bonita capa de cencellada como la de la foto.
Apenas a unos minutos de mi cama ya puedo disfrutar de amaneceres singulares, es cuestión de repetir cuando las condiciones parecen favorables. Cada día es diferente, pero los hay inolvidables.
Los reflejos y la simetría son mis composiciones preferidas, aunque no siempre el viento está en calma. 2 de cada 3 días al año hace viento, aunque habitualmente por la mañana suele estar un poco más calmado.
Si el cielo está cubierto y hay un pequeño hueco en el horizonte es el momento de visitar alguna de las dos balsas porque el espectáculo está asegurado. Estos momentos duran muy poco, así que hay que trabajar rápido.
No suele haber muchos motivos con interés en primer plano, pero esta rama de un pino podado me ayudó en esta composición en la Estanca.
Las Estanquila es más modesta en cuanto a sus valores naturales, pero es muy accesible para todas las edades y está perfectamente orientada para disfrutar de grandes atardeceres. El cielo estaba cubierto de cirros y sabía que iba a disfrutar de un colorido candilazo.
Dejo para el final uno de los atardeceres más espectaculares que he contemplado. El cielo estaba muy cubierto pero el sol encontró un pequeño hueco para iluminar las nubes desde abajo. Además debido a pequeños cristales en la atmósfera formó un pilar solar. Aquel día no había nadie más por allí, parecía que todo aquel espectáculo se hubiera dispuesto para mi disfrute.
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Que bonitas!! Lo que esta claro es que las nubes medias con Sw son las más fotogénicas :-))
Espectaculares!! Gracias por deleitarnos cada día 😉
Precioso lugar y excelentes imágenes como siempre.. Un saludo..