Norte de Serbia. Novi Sad y Fruska Gora

 

Este curioso reloj ubicado en la fortaleza Petrovaradin trata de de equivocarnos con sus manillas, ya que la larga marca las horas y la más corta es el minutero.

Los vecinos de la zona acuden a la playa fluvial a bañarse y a los jóvenes siempre se les puede ver muy activos practicando diversos deportes.

 

En la gastronomía local, además del vino y algunas frutas, destacan muchos platos compuestos por peces de agua dulce como luciopercas, lucios o los gigantes siluros del Danubio, que llegan a pesar hasta 200 Kg.

 

 

Muy cerca de la ciudad podemos visitar el Parque Nacional de Fruska Gora, cuyos montes encontraremos adornados por densos bosques en sus laderas y bellos monasterios en las faldas.

 

Para conocer el interior de la masa forestal, nada mejor que una ruta en bicicleta de montaña por una de sus pistas y visitar los curiosos monasterios.

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Texto y fotos © Eduardo Blanco Mendizabal

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