El síndrome de la orilla de enfrente

¿Por qué me atraía tanto la orilla opuesta? No lo tengo muy claro, pero una vez que conseguía pasar al otro lado, irremediablemente la orilla de la que provenía comenzaba a parecerme más interesante. Imagino que al verla desde otra perspectiva era más fácil analizar su potencial para conseguir una buena pieza.

Recuerdo que entonces me propuse sacar partido siempre a la orilla en la que me encontrara pescando y una vez acabadas todas sus posibilidades, pasaba a la otra orilla a seguir intentándolo.

Esto mismo llevo tiempo extrapolándolo a la fotografía. En vez de dejarme influir por el atractivo de orillas lejanas, trato primero de exprimir todo el potencial de la orilla en la que estoy pescando imágenes diariamente.

¿Por qué nos atraen otros lugares? Creo que es porque alguien nos los está mostrando, estamos viendo esa orilla desde fuera a través de las imágenes que otros han conseguido captar después de trabajar esa zona.

Al principio todos pensamos que en nuestra zona no hay grandes atractivos, pero estamos equivocados, siempre hay motivos con los que conseguir una gran imagen.

En ocasiones aconsejo salir de nuestro entorno cercano y hacer alguna escapada para romper la monotonía y buscar la inspiración exterior. De esta forma volveremos renovados a nuestro entorno para seguir trabajando en proyectos cercanos.

 

Flores de orquídea después de la lluvia

Detalle de la orquídea Himantoglossun hircinum fotografiada a tan solo 550 metros de mi casa. Fui en 5 ocasiones con mi bicicleta para controlar su crecimiento y así conseguir que las flores estuvieran en su estado más óptimo.

 

Salamanquesa mimetizada con la pared

Una fresca mañana encontré esta salamanquesa al abrir la puerta de la calle. Esta fotografía realizada en la fachada de mi casa fue elegida para ilustrar la portada del último número de la revista Iris editada por la Asociación Española de Fotógrafos de Naturaleza. Como veis, no hace falta ir muy lejos para conseguir una fotografía de portada.

 

Cencellada en el soto

Estos momentos no duran mucho y suele ser difícil encontrárselos en un lugar lejano, pero no resulta complicado anotar localizaciones interesantes para cuando ocurren algunos fenómenos especiales cerca de casa. Fotografiado a 15km en línea recta de mi ciudad.
Premio Especial y Primer Premio categoría Paisaje FOTOCAM 2008

 

Hierbas mecidas por el viento

A menos de un kilómetro de mi casa conseguí esta imagen mientras paseaba con mi cámara al hombro.
Finalista en el Veolia Wildlife Photographer of the year 2013

Espero que este artículo te haya dado algunas ideas y te haga visualizar tu entorno cercano como el mejor lugar para desarrollar tu trabajo fotográfico.

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12 comentarios en “El síndrome de la orilla de enfrente”

  1. Buena reflexión Eduardo, yo al no disponer de coche, casi todas mis fotos están hechas cerca de casa, el noventa y tantos por ciento están hechas dentro del término de mi pueblo, y un porcentaje grande de estas a pocos kilómetros de mi casa, o incluso como el caso de tu salamanquesa en mi misma casa, a mi también me gusta promover que se pueden conseguir muy buenas fotos muy cerca de casa.

    Un caso claro es las grandes fotos de flora que hizo Imogen Cunninghan en su casa al tener que estar con sus hijos y no poder hacer fotos fuera de casa.

    Un saludo.

  2. Hola Eduardo,

    Yo más bien pienso que lo que nos es cotidiano, lo que observamos y vemos cada día nos acaba insensibilizando y nuestro cerebro no es capaz de detectar su potencial. Sería algo así como que nos gusta más la novedad (aunque hayamos visto algunas fotos por Internet) que no volver a ver lo mismo que solemos hacer a menudo (o no tan a menudo). Estamos más receptivos o despiertos ante lo que no nos es común.

    Pero por eso mismo, a mi, cuando redescubro el territorio en el que habito, me suele dar una sensación de "nuevo" de "no visto" que me despierta los sentidos. Esa charca, ese caminito rural…

    1. Por ahí van los tiros Daniel. La idea es intentar ver lo cotidiano como algo inusual que sepa motivarnos para fotografiar como los paisajes más lejanos. Algunos lo llaman "La curiosidad del viajero"

  3. la culpa de eso la tiene la "national geographic" que nos ha metido el bicho de lo exotico en el cuerpo desde pequeñajos y a ver quien lo saca ahora 🙂 aunque tambien hay que reconocer que tampoco estan mal tus fotos de costa rica 😉 y tambien es cierto que han tenido que pasar una pila de años para que la salamanquesa esa se posase en tu casa jejeje

    vamos que esta bien lo de la orilla de enfrente, hay que darle caña a lo que tenemos aqui mismo claro que si… pero de vez en cuando un chapuzon para cruzar a la orilla de enfrente viene muy bien 😀

    1. La idea es que tenemos que saber degustar cada lugar y no estar anhelando un viaje para ser dichosos con la fotografía. Si sabemos ser felices con lo que tenemos al lado de casa, lo seremos mucho más cuando salgamos. Un saludo

  4. muy de acuerdo con tu artículo, de hecho la foto empieza mucho mucho antes de mirar por el visor, el momento de la eleccion de la escena, de lo que dejamos dentro y lo que dajamos fuera ,es de los mas dificiles,el saber encontrar la belleza de la orilla que te toca.Felicidades por tu trabajo!

  5. Me ha gustado leer este post,pues como de momento no tengo muchas oportunidades de fotografía de naturaleza fuera me dedico a la fotografía de plantas y aves en los parques urbanos de mi ciudad, opción esta por cierto que no aparecía en tu encuesta, no sé si porque no se podía incluir todo o porque en ese entorno no se considera fotografía de naturaleza. De momento a mí me sirve de aprendizaje y lo disfruto. ¡Un saludo! Alicia.

    1. Hola Alicia. Claro, hay que sacar provecho de cualquier lugar y si es posible mejorarlo ¿Cuantas fotos buenas de gorrión has visto? Seguro que no muchas. Respecto a lo de la encuesta, si que está contemplada la fotografía de plantas y aves, eso si, no especialmente en parques, porque para mi no hay diferencia de donde se fotografíen. Un saludo

  6. Me ha pasado siempre lo mismo:
    en una ciudad desconocida, si cojo la calle de la derecha quiero saber también que había en la de la izquierda,
    cuando subo a una montaña, me gusta bajar por el otro valle para ver como era,
    tus reflexiones muy acertadas

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